domingo, 10 de febrero de 2013

Maracaibo, 1950: Brujos, Santos y Ricos.

por Jinderson Quiroz


   
A mediados de los años 50 la archiconocida hechicera holandesa Margaretha Hofmans visitó Maracaibo en dos oportunidades. Vino invitada de manera especial por altos personeros de la colonia holandesa, trabajadores de  la empresa Shell que hacían vida en la ciudad.

La pitonisa, que afirmaba estar en contacto directo con Dios, era famosa entre otras cosas por haber intentado curar a la hija menor de la mismísima Reina Juliana de los Países Bajos, a quien la ciencia médica no había podido ayudar. Increíblemente, cuando en Maracaibo se enteraron del par de visitas realizadas, la prensa se dio a la tarea de publicar la noticia con lujo de detalles. Parece ser que para entonces cualquier persona o hecho que rozara lo paranormal era digno de ser mencionado en los diarios más importantes del país.

Sin embargo, hay inusuales hechos de aquella época que aún hoy merecerían un espacio en las páginas de los diarios marabinos. Hacia 1958, por ejemplo, y tras 8 años de enterrada, apareció intacto el cadáver de Ada Minerva Delgado, quien en la década anterior había sido reina del Liceo Baralt. El descubrimiento de aquél cuerpo que extrañamente parecía haber sido enterrado tan solo unas horas antes, se dio cuando iba a ser trasladado del cementerio El Redondo al moderno y amplio Corazón de Jesús.

Su padre comentó que Ada había anunciado un mes antes de su muerte el día y la hora exacta de su fallecimiento, acontecida el 24 de Agosto de 1950 a las 8 PM, justamente como lo pronosticó. Cierto o no, este curioso dato propició que buena parte de los maracuchos creyeran que se trataba de un auténtico milagro, e incluso llegaron a demandar que la otrora reina del Baralt fuera convertida en santa. La iglesia católica se negó rotundamente, apoyándose en la explicación de diversos médicos que remarcaron cualquier cantidad de causas que habrían podido impedir la putrefacción de los restos.   

Otro que había previsto su muerte con antelación fue el popular espiritista César León, quien en 1947 había asegurado a sus amigos que su fin se acercaba, y que su paso al más allá tendría lugar en 1953, cosa que se cumplió con exactitud el 05 de Enero de ese año.

Pero no todas las noticias de este tipo giraban en torno a hechos meramente religiosos o ligados al oscurantismo, otras veces se debía simplemente a la repercusión de estas prácticas en el bolsillo de algunos pocos. En 1959 se dio a conocer que más de 500 cartas y miles de bolívares salían diariamente del Estado Zulia con destino a “ocultistas”, lo que provocaba una desbordante evasión de dólares. Alba Nari se ofrecía como “clarividente de fama mundial”, y a partir de este título percibía cuantiosos beneficios. El que estaba empavado le escribía pidiendo ayuda, pero la estrategia de la supuesta adivina consistía en contestar simplemente: “Usted es víctima de malas influencias”, así de simple, sin ofrecer ningún consejo, pero prometiendo curar todas esas malas energías si recibía un nuevo sobre con 60 dólares.

En todo caso, la clarividente Alba era tan solo una más de entre tantos embaucadores que hicieron fortunas a costillas de los zulianos. Con anterioridad, en Octubre de 1955, había sido capturado el brujo más acreditado del estado, el famoso profesor Miguel Augusto Horticadela, director del Círculo Magnético-Astrológico, quien timaba muy bien a su clientela. En un salón delicadamente dispuesto para las sesiones aplicaba a sus pacientes las luces rojas y verdes de una lámpara común y corriente, asegurándoles  que se trataba de Rayos X. Además, mediante micrófonos hábilmente camuflados les hacía creer que escuchaban la voz de espíritus de ultratumba.

Finalmente, para completar este curioso compendio, hay que decir que en diciembre de ese mismo año era sepultado el popular Don Andrés, “El brujo de los Puertos”, a quien las autoridades habían multado, negándosele el derecho de hacer “operaciones” sin título. Se sabe que al morir dejó más de medio millón de bolívares, lo que no era ninguna bicoca para la época...


Noticias rescatadas del libro Crónicas de Maracaibo de los Años Cincuenta, del Dr. Orlando Arrieta.
En la imagen, El 'Fakir Amid' (Francisco Ángel Quintero) y su asistente (esposa) Amira Castillo de Quintero. Año 1947, Teatro Baralt. Personaje pintoresco que con sus shows de magia entretenía a los habitantes de la ciudad.